¿Qué es la Fibromialgia?

A pesar de ser una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud, (OMS) en el año 1992; la Fibromialgia sigue siendo una gran desconocida, enfermedad invisible, para gran parte de la población.

Hace unos días, una amiga, una gran persona, gran mujer, a la que admiro y respeto profundamente; me decía: «Sé que tienes Fibromialgia, que sufres y lo pasas muy mal, pero no sabía que era tanto».

Pues sí, vivir con Fibromialgia, con Dolor Crónico es, la mayor parte del tiempo, duro, muy duro.

Y esta afirmación surgía después de comentarle que pasé una tarde/noche terrible, por el simple hecho de haber estado sentada a la mesa, para la comida y posterior tertulia; más tiempo de lo que mi cuerpo aguanta.

¿Qué fueron, 3 horas? Tampoco parece mucho, ¿verdad?, pero para mí, lo es, mucho, no; muchísimo.

Es una acción sencilla, comer con amigos, y quedarte un poquito de tertulia en la mesa.

Pero para mí, supuso dolor, más dolor.

Cuando ya nos levantamos para volver a casa, fue cuando, el dolor de piernas se hizo mucho más intenso, y ya no pude controlarlo. La medicación dejó de hacer efecto y pasé una tarde noche bastante mala.

No importa el dolor, el cansancio, la vida sigue siendo maravillosa. Aún con Fibromialgia.
La vida es maravillosa, y el dolor crónico, la fibromialgia, no me impiden vivir, sentir, disfrutar.

¿Compensa tanto dolor?

Esta semana lo he comentado varias veces; pese a todo, el dolor me compensa; por supuesto que me compensa, ya que pasamos un día genial, con amigos, al sol, compartiendo risas; #ViviendoMomentos

Esta amiga, al igual que todos los que me conocen, saben que tengo Fibromialgia, y que me duele, no obstante desconocen hasta dónde, no saben cuánto me duele.

Es normal, siempre me ven con una sonrisa, dispuesta a comerme el mundo, decidida y valiente.

Intento no quejarme, y creo, que con los años he perfeccionado la técnica de sonreír mientras, inevitablemente, por dentro, invoco a todos los dioses, para ver si calman mi dolor. De manera que son muy pocas las ocasiones en las que públicamente muestro dolor, a través del rostro.

Otra cosa es, mi cuerpo, claro, ese día del que hablo, en la mesa nadie fue consciente hasta que, llegó la hora de irnos; ese ya es otro tema.

Iniciar la marcha, no es tan sencillo.

Iniciar la marcha es complicado para mí, cuanto más tiempo paso sentada, más complicado es; de manera que, si ya me cuesta levantarme y empezar a caminar pasados unos minutos, podéis imaginad varias horas después.

Yo intento disimular, me pongo de pie, y agarrada a la mesa, hago como que cojo el bolso, la chaqueta, busco las gafas de sol, todo para enmascarar que realmente, soy incapaz de enderezarme de golpe.

Una vez recta, cojo aire; tenso hasta el último centímetro de mi cuerpo e intento empezar a andar; es decir, adelanto una pierna y a continuación la otra, pero me falla y parece que cojeo, de esta guisa, doy pasitos cortos, ya que, a partir del primer paso, me fallan y me duelen ambas piernas.

Un espectáculo, ver cómo me levanto, después de 3 horas sentada.

Pero vuelvo a repetir, sin duda, me compensa.

Y me encanta cuando, después y pese a haber visto cómo me levanto, nadie me pregunta, ni se escandaliza. Me refiero a mis acompañantes; ya que, por el contrario, estoy acostumbrada a ver caras raras, susurros e incluso, dedos señalándome, desde otras mesas.

Cosa que ya no es tan agradable, pero bueno; como siempre digo, hace mucho tiempo que aprendí, a tener en cuenta sólo las opiniones de los que de verdad me importan.

No podemos elegir la actitud de los demás, pero podemos elegir no entrar en su juego. Fibromialgia.
No podemos elegir la actitud de los demás, pero podemos elegir, no entrar en su juego.

Fibromialgia, enfermedad invisible.

Coloquialmente se dice que la Fibro, es una enfermedad invisible, ya que sus efectos no se aprecian, al menos aparentemente.

Tal como contaba anteriormente, durante la comida, nadie fue consciente de mi enfermedad.

Es decir, si alguien me viera paseando, conduciendo, comiendo con amigos, o incluso en la consulta de un médico; le resultaría difícil adivinar qué enfermedad tengo.

No hay ningún síntoma externo; ahora bien, si pasas 24 horas a mi lado, comprobarás varias cosas:

  1. Antes de levantarme, necesito pasar un tiempo en la cama, hasta que mi cuerpo se desentumece, hasta que pierde la rigidez matutina.
  2. Me despierto cansada y con sueño, ya que el dolor dificulta el descanso.
  3. Asearme, vestirme, resulta a menudo extenuante, y necesito hacer descansos para poder terminar.
  4. Mientras trabajo, generalmente hago grandes esfuerzos para poder llevar a cabo mis tareas, y tengo que hacer pequeños descansos.
  5. Al hacer la compra, no puedo cargar mucho peso, todo lo que exceda de un kilo, me produce dolor en los brazos, a más peso, más duradero es el dolor.
  6. Cuando llego a casa, después de trabajar, necesito descansar, sentarme, tumbarme un poco para recuperarme.
  7. Cualquier actividad habitual, como poner la lavadora, tender la ropa, supone un esfuerzo extra para mí, y al acabar, necesito otro descanso.
  8. Cocinar y comer, acaba con mi energía, e inmediatamente después, tengo que tumbarme.
  9. Cualquier tarea que realice por la tarde, pasear, limpiar, ir de tiendas, añade cansancio y dolor, lo que, en ocasiones, complica el descanso nocturno.
  10. Los síndromes asociados a la fibro, Túnel Carpiano, SII, problemas cognitivos, también se aprecian sólo en la convivencia.

Aparentemente, físicamente, no se nota la Fibromialgia, pero si te fijas un poco en mí, en mi vida, en mi ritmo, en mis movimientos, podrás comprobar que algo falla.

Se llama Dolor Crónico, se llama Fibromialgia.

Pero como siempre digo, la Fibro no me para, sólo me hace más lenta, y pese a todo, sigo y seguiré #SiempreAdelante

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *